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05 de Noviembre de 2018
Cómo ser un emigrante exitoso
Emigrar es una tarea difícil, donde dejas atrás un techo, el confort, cultura, familia y amigos para enfrentarte a un nuevo estilo de vida donde los nuevos proyectos y los sacrificios estarán tomados de la mano.
Para enfrentar esta ardua decisión es necesario llenarse de valor, seguridad y sobre todas las cosas planificación, así lo recomienda María Montoya, directora de Legalys en Venezuela, a través de un comunicado a la prensa.
Todo proceso migratorio se basa en la planificación, pero antes de tomar la decisión de partir es necesario informarse sobre las características socio-culturales del país destino, para saber qué esperar, cómo afrontar y qué esperan del nuevo integrante de esa comunidad.
Por esta razón recomienda tres fases importantes a considerar.
Fase de expectativas y entusiasmo
Durante las primeras semanas el inmigrante suele sentirse altamente motivado ante los retos que se avecinan. La nueva cultura resulta estimulante y divertida. Las nuevas situaciones y personas generan sana curiosidad. Estas primeras sensaciones ayudan a superar con confianza y empeño los obstáculos que se presenten, pero las expectativas de este período suelen ser demasiado altas y poco realistas.
En esta etapa es importante no olvidar nunca la oportunidad de gran valor personal y profesional que se está experimentando, y recordar siempre las razones que motivaron la decisión.
Fase de desencanto y ansiedad
Durante los primeros 6 meses de estadía en el nuevo país, se viven experiencias reconfortantes y algunas no tan agradables. Muchas de las cosas que se anhelaban no se habrán alcanzado aún y esto puede generar frustración y confusión.
Factores como el dominio del idioma, la dificultad con los estudios, la imposibilidad de hacer nuevos amigos, los esfuerzos por obtener un buen trabajo o vivienda, pueden crear sensaciones de nostalgia, desmotivación, aislamiento e incluso cuestionamiento de la decisión tomada.
Fase de Adaptación
A veces la idiosincrasia latina o hispana puede chocar con la cultura del país receptor, afectando esto con las emociones del individuo a consecuencia de la baja aceptación. En un proceso de adaptación resulta completamente normal pasar por varias fases de cambios emocionales y de “cortocircuitos” con las nuevas realidades. Este proceso es conocido como adaptación intercultural, que no es más que integrarse a nuevas normas culturales de una comunidad.
Los elementos que harán que cada individuo se asocie con su comunidad y genere lazos psico – afectivos dependerán de las herramientas construidas en el camino de la planificación migratoria, recordando que dicha planificación en gran medida disminuirá el tiempo o transcurso de cada fase.